Humana, ¡presente!

Miedo, llanto, dolor. Alegría, rabia, tristeza. Calma…Presencia…Estoy acá. Escucho. Estoy. Me distraigo. Me agobio. Respiro. Estoy acá.

Tanto hablamos de la presencia, tanto la hemos vivido en otros momentos. Pero la presencia, el estar presente, no es un estado acabado. No es una meta a la que podemos llegar un día y decir, ¡llegué! ¡acá estoy presencia! ¡te conquisté!. No…la presencia no se conquista. La presencia, el estar presente, es una brisa suave que se instala en tu pecho. A veces. Y otras veces no. Otras veces, la rabia, el dolor, la tristeza, la incertidumbre nos hacen olvidar aquello de la presencia, aquello del estar presentes.

Mirate ahora, mira el mundo. Mira en lo que estamos, ¿te parece que la presencia es algo que podes conquistar? ¿que ¨llegaste¨? ¿qué podes ¨llegar¨a algún lado? No. La presencia no se conquista, pero sí se aprende. La presencia te invita y también me invita. ¿Pero nos invita a qué? A estar acá. Con lo que hay hoy. ¿Y qué hay hoy en vos? Capaz que hay impotencia, en medio del confinamiento, en medio de la incertidumbre.

Y tanto te hablaron de la presencia…Tanto hablaste de la presencia…Tanto la sentiste, que a lo mejor te olvidaste, que a lo mejor me olvidé, de que la presencia poco tiene que ver con sentir calma o serenidad. La presencia tiene que ver con estar, con lo que hay, con lo que soy hoy. ¡Y hoy soy impotencia! ¡Y hoy soy ansiedad! ¡Es que soy humana! ¿No lo ves? Sos humano vos también. Entonces…¿qué importa si no sabemos a dónde vamos? ¿qué importa si no podes sentir serenidad? Quédate ahí, con eso que hay hoy. Escucha…Para…¿De qué huís? ¿Qué hay en tu presencia hoy? ¿Algo incómodo, tenso, desagradable? Quédate ahí…Con curiosidad…¿A ver?…¿Cómo es esa sensación?…¿En qué parte de tu cuerpo está?… Y ahí quedate…Escuchando eso…No trates de que sea diferente de lo que es…Quedate ahí…Aceptá tu humanidad…Que la presencia, no se conquista. Simplemente está ahí. Siempre estuvo. Te invita danzar con tu humanidad.

Elina Grosso Confinamiento. Día 20.